Tras la crisis social en el 2020 y posterior pandemia mundial, inevitablemente, se presentan dos hechos incuestionables:
1.- Hoy existe un alto nivel de incertidumbre económica, sobre todo para las empresas que no logran salir a flote, han visto mermadas sus ventas por las constantes cuarentenas a lo largo del país y, aún más, no saben cómo actuar y/o cómo podrían reinventarse para no cerrar.
2.- El mundo digital, el cual avanzaba lento pero seguro en nuestro país, se adelantó 10 años “gracias” a la pandemia, convirtiéndose así en la principal opción y ventana de exposición de las empresas para lograr así ofrecer sus servicios y/o productos.
Hasta hace poco tiempo aún era común escuchar en distintas reuniones de negociación con potenciales clientes el que no estaban dispuestos a invertir en una agencia que lleve sus negocios al mundo online ya que ellos se habían caracterizado por años en lograr un gran posicionamiento gracias a la atención de su público en la tienda, la calidad de sus vendedores en terreno y, por su puesto, que lo que ofrecen no lo tiene nadie más, por lo que seguirían trabajando así mientras “todo esto pasa”.
Es normal que exista, como reacción instantánea, un cierto nivel de rechazo ante un tema desconocido ya que, en el fondo, se les está planteando salir de su zona de confort, dejar todos los procesos que han estado realizando por años (y que les han funcionado bien) y que partan de nuevo con algo que no saben si dará o no resultado. Quienes nos dedicamos a este trabajo, sabemos que es un tema sensible y delicado puesto que implica que este potencial cliente invierta los recursos que aún tiene, dando un paso “al vacío” y confiar plenamente en quien tiene enfrente.
En relación con el punto anterior, es entendible una reacción casi instantánea de ese tipo, pero más importante aún: “deja de mirar tu ombligo”. Tú no eres tu cliente y el tiempo de creer que podrás levantar las ventas por los años de trayectoria en el mercado respaldan las decisiones, van en retirada. Hoy deben enfrentarse a un público que, si bien es el mismo que entró a tu tienda alguna vez, al estar comprando desde su computador o celular tiene una actitud muy distinta. Sus expectativas y demandas son muy diferentes y si no sabes cómo interactuar con ellos puedes perder clientes fácilmente.
Cada vez más cerca del 2022, la competencia es cada vez más fuerte y aquellas empresas, sin importar el tamaño de esta, que no redireccionen y enfoquen sus recursos a mostrar su marca, Valor Agregado, Promesa de Marca, Servicios y/o Productos, etc. irá quedando inevitablemente cada vez más atrás.
Es mucho más fácil comprar un mega televisor, una cámara, ropa o lo que quieras por internet y que te lo lleven a tu casa, que perder 1 hora en encontrar estacionamiento o un taxy, ¿no creen?.
Es hora de abrir la mente, aceptar que todo cambió en la forma de vender y comprar, tomar decisiones claves y comenzar a levantar vuelo en este nuevo mundo online
